
SE HOSTIGA UNO,
PERO COMUNICA.
«Cuando uno se está sintiendo cansón, es probable que los demás apenas le estén empezando a poner atención.»
Los publicistas decimos que la publicidad desgasta hacia adentro, pero no hacia afuera. En otras palabras, que el mensaje desgasta al portador, pero no al destinatario.
Y aun así uno siente que ya debería cambiar el discurso, darle frescura, así como los «genios» que quitaron los murales del Corral, cuando el resto ya nos habíamos enamorado. Uno es malo para juzgar si su mensaje está trillado porque juzga con ojos cansados. Comunicar es un juego de insistir. No en vano Coca-Cola ha hecho de sus comerciales navideños la tercera tradición más importante del fin del año,


o el jingle de Café Águila Roja, que ha sonado ininterrumpidamente durante los 200 años de independencia de Colombia. No sé mucho de música pero dudo que el éxito de «felicidad es todo aquello que nos hace recordar que la vida es bella, que diciembre es amor» tenga que ver con la sonoridad de palabras y no con el hecho de que nos las han taladrado en los oídos desde el mismo minuto en que se nos terminaron de formar los tímpanos. Habría que preguntarle al de Águila Roja qué tan desgastado se siente. Nosotros, que lo hemos escuchado todas las navidades desde que Cristo nació, estamos algo cansados. Pero cuando él estaba cansado nosotros apenas nos íbamos enterando.

El objetivo de comunicar es alcanzar la familiaridad y el precio a pagar por ella es ser repetitivo a costa de la propia salud mental. «SE HOSTIGA UNO, PERO COMUNICA..»
Sin embargo, en nuestra era de gratificación instantánea y resultados inmediatos, es fácil caer en la trampa de buscar soluciones rápidas y fórmulas mágicas en la publicidad. Esta mentalidad puede llevar a decisiones precipitadas y a campañas superficiales que carecen de profundidad y autenticidad. Recordemos que los procesos creativos y publicitarios requieren tiempo y dedicación para desarrollarse plenamente. Al permitir que los procesos creativos se desarrollen de manera orgánica y darles el tiempo necesario para madurar, podemos cultivar ideas verdaderamente innovadoras y campañas publicitarias que resuenen con el público en un nivel más profundo. En última instancia, invertir en el proceso creativo no solo beneficia a las marcas y a los publicistas, sino también al público, que merece ser tratado con mensajes auténticos y significativos.


Andrés Bernal
Director de Operaciones